Karicia, puta a los catorce /capítulo 4/ el chico.
La noche se retuerce, su amiga no esta, ya encontró cliente, no tardara en venir, fatigada con el trajín que dan los viejos, nada que decir, esperar es todo; con un cigarro en la mano. Ve pasar los carros, escasos deambulan por ese sector, irán a alguna fiesta piensa. -Si yo pudiera ir, pero me tengo que putear en esta calle maldita.
No hay modo que aparezca, el temor de siempre, que en una de esas no vuelva, sino vuelve a cual de todos los moteles la va ir a buscar, y si se fue a la casa de ese señor, pero sera señor o un joven, si tan sólo me tocara con un chico, así de guapo.
Lleva tres cigarrillos y no hay modo que se le vea venir, cansada se sienta en la banqueta un rato, no pasan ni 4 minutos, cuando se incorpora, pues así no va a conseguir un cliente, la tienen que ver bien.
En el filo de las once de la noche, sin saber que hacer pues no hay forma que aparezca y el celular lo tiene apagado. Pasa una camioneta negra que se detiene para invitarla a subir, en ella va un chico no mayor de veinte años que le dice, -te voy a dar quinientos pesos por un oral. A ella se le iluminaron los ojos, no dudo en decir que sí.
Él le contó que irían a un su apartamento en un edificio muy exclusivo, como a media hora del lugar, el chico se veía a todas luces fino, de buena posición económica, llevaba puesto música de Fito Paez, mientras le explicaba sobre la belleza de la música, de esas cosas Karicia no entendía ni "Jota", a tal punto que no decía una palabra, más bien afligida por su amiga, llegaron por fin a una gran torre de apartamentos.
Se bajo y trato de arreglarse un poco, el chico fue a hablar con el portero, le dijo algo al respecto de su acompañante, y luego la invito a entrar, el loby del edificio eran demasiado elegante, todo de mármol blanco y bronce, subieron por el elevador, hasta el piso doce de los veintiuno que tiene, en un número tal de un pasillo tal.
Una llamada de su amiga, le dice que ella se irá a su casa, sin precisar por qué, lo que la tranquiliza un poco, el chico le habré la puerta de su apartamento, todo adentro es lujo...
La noche se retuerce, su amiga no esta, ya encontró cliente, no tardara en venir, fatigada con el trajín que dan los viejos, nada que decir, esperar es todo; con un cigarro en la mano. Ve pasar los carros, escasos deambulan por ese sector, irán a alguna fiesta piensa. -Si yo pudiera ir, pero me tengo que putear en esta calle maldita.
No hay modo que aparezca, el temor de siempre, que en una de esas no vuelva, sino vuelve a cual de todos los moteles la va ir a buscar, y si se fue a la casa de ese señor, pero sera señor o un joven, si tan sólo me tocara con un chico, así de guapo.
Lleva tres cigarrillos y no hay modo que se le vea venir, cansada se sienta en la banqueta un rato, no pasan ni 4 minutos, cuando se incorpora, pues así no va a conseguir un cliente, la tienen que ver bien.
En el filo de las once de la noche, sin saber que hacer pues no hay forma que aparezca y el celular lo tiene apagado. Pasa una camioneta negra que se detiene para invitarla a subir, en ella va un chico no mayor de veinte años que le dice, -te voy a dar quinientos pesos por un oral. A ella se le iluminaron los ojos, no dudo en decir que sí.
Él le contó que irían a un su apartamento en un edificio muy exclusivo, como a media hora del lugar, el chico se veía a todas luces fino, de buena posición económica, llevaba puesto música de Fito Paez, mientras le explicaba sobre la belleza de la música, de esas cosas Karicia no entendía ni "Jota", a tal punto que no decía una palabra, más bien afligida por su amiga, llegaron por fin a una gran torre de apartamentos.
Se bajo y trato de arreglarse un poco, el chico fue a hablar con el portero, le dijo algo al respecto de su acompañante, y luego la invito a entrar, el loby del edificio eran demasiado elegante, todo de mármol blanco y bronce, subieron por el elevador, hasta el piso doce de los veintiuno que tiene, en un número tal de un pasillo tal.
Una llamada de su amiga, le dice que ella se irá a su casa, sin precisar por qué, lo que la tranquiliza un poco, el chico le habré la puerta de su apartamento, todo adentro es lujo...
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