Saturday, March 15, 2008

Bar "Antrópolis" chicas de toda América para usted.

Isidoro conocido por sus allegados como "Cochito" por ser bajo, gordo, panzón, color de piel sucio ya que ni es moreno ni blanco, ojitos iguales al de los cerdos y al parecer una nariz chata. Es el dueño del bar Antropolis que se jacta de tener chicas de toda América aunque sea sólo de eslogan en la entrada del local, porque realmente no hay nada de eso, son de tres tipos nada mas, guatemaltecas, salvadoreñas y hondureñas.

"Cochito" lleva en sus manos ocho anillos de oro en cada una, un esclava de oro, una cadena de 5 cm. de ancho también de oro, cabe decir que la denominación más baja es de 15 quilates, y en la oreja izquierda lleva un diamanta como arete. Es algo parecido a pretender decir que es alguien, algo, que tiene dinero, poder, buena vida, etc. Y no sabe que eso sólo lo hace ver ridículo y mas notorio con toda su gordura hasta de dedos...

Este domingo lleva un pants que se ve ya gastado, una camisola de fútbol americano que resalta la gran timba, el pelo mal peinado, una cara de varias horas sin dormir, los ojitos cansados, una expresión de enfermedad total; ya son 26 años de tener el negocio del bar, eso pasa factura tarde o temprano.

El mal humor no se lo quita nadie, parado en la puerta de ingreso, su fin último es juzgar a todos los que entran que son los que le dan de comer a él y a todo su harén de gordas, feas, medio bonitas, como sea de mujeres.

Le dice al guardia que tiene al frente de la entrada, un criollo rojizo de aspecto bastante indiano y tosco, ahí viene este "hueco" refiriéndose a un cliente del lugar, con una risa burlona, que deja ver sus dientes con aplicaciones de oro, pero amarillentos y de su boca sale un olor a tufo, ese que deja los grandes males que le aquejan.

Son las cinco de la tarde el lugar aún no se termina de llenar, no hay nada nuevo, el mismo show de siempre, las mismas mujeres; que se puede esperar si se repite el ciclo patético, y hay que ser un valiente para llegar al bar eso él lo sabe, los baños son un asco. Sin agua, llenos de una especie de lodo suave en el piso sucio, los orinales atascados y una pestilencia que hacen que todos entren y salgan conteniendo la respiración, los espejos opacados y varios focos que ya no funcionan, todo alrededor es una calamidad.

El dolor en el estomago es muy fuerte, pero quiere tener bajo control todo lo que sucede en su Antrópolis, entra cada personaje a esa cueva pulguienta que no tardará en llenarse por completo a pesar de ser domingo. Entonces se va sintiendo cansado, pero no puede sentarse pues así le sería imposible ver quién entra y quién sale.

Como ya he dicho en esa pocilga de bar hoy domingo es la monótona rutina, ahora con un intento de barra show, pues el dueño mando a instalar una rudimentaria pista de baile empotrada a una de las paredes, en verdad que ni la mas mínima estética de diseño, sillas plásticas acordonan la plancha de cemento que hace de escenario burdo, luces baratas de discoteca amenizan los intentos de baile, pero con semejantes gordas, pansonas y celulíticas mujeres pareciera que unas ballenas se quedaron atrapadas en la playa.

Quién se va a preocupar por arreglar el lugar si este se llena cualquier día algunos hasta que ya no cabe ni un alma en sus oscuras esquinas, otras con la serenidad de un apacible momento veraniego.

Los meseros van y vienen trayendo ordenes de cerveza que es lo que abunda, una que otra agua gaseosa y de vez en cuando una mineral con muchos pedazos de limón y un buen puño de sal.

Hoy andan vestidos de un uniforme rojo, patrocinado por una cervecera y las 32 chicas, número grande, tienen de tema "las baqueritas" por tanto anda como baqueras y no precisamente las de Dallas. Así funciona aquí cada día algo diferente ayer los meseros de azul igualmente por una cerveza y las chicas de blanco pero no por pureza sino por ausencia; ausencia de todo.

Son las siete veinticuatro de la noche, aún siguen entrando hombres al lugar, se frota las manos cuando va a la barra y ve que los pedidos de cereza van en aumento eso significa que la casa gana más, que las chicas tienen mesas ocupadas de clientes ávidos de ser escuchados y otros de manosear un rato el cuerpo ajeno, algunos son casados otros tienen novia y mas de alguno menor de edad, incluso él tiene a 5 menores de edad trabajando en el bar y lo de siempre soborna a la policía cuando llega a controlar el antro o las esconde en un lugar secreto, ni tan secreto, a donde van a parar los que no tienen papeles en regla, así funciona lo turbio del Antrópolis.

II / algo mortal, algo normal /

Para el momento taciturno de la noche que ya dan las 11:23 va quedando dos horas treinta y siete minutos para cerrar el local, eso si lo respeta, el horario de cierre pues no podría aguantar mas de la una de la mañana, el sabe también que su hermana a la que le dicen "La Chata" pero no por su nariz sino por su tamaño de 1:52 también luce ya demacrada cuando se da la hora de las brujas, y muchas de sus trabajadoras se van a casa en los taxis que a diario las llevan luego de la faena de alcohol y sexo brusco.

La Chata literalmente tiene perforada la oreja izquierda con 15 aretes de oro y la derecha con 7 diamantes de segunda pero al fin diamantes, un pants de niña que es lo que le queda ante su tamaño y una cara poco amable, ella funge como la matrona del lugar, de las treinta y dos chicas que trabajan en el bar 25 viven en cuartos y casas alquiladas muy lejos de donde queda ubicado Antrópolis, con sus hijos algunas con su conviviente /esposo, amante, novio/ siete en el bar y claro esta las menores de edad que prefieren pasar sus días entre cuatro paredes apestosas a hedor semejante a la mierda.

También esta el primo dentro, es un viejo panzón de canas, cara gorda, un poco larga por la seriedad con la que se conduce dentro, el cada que puede se pone a manosear a las chicas y cuando el negocio aún no esta abierto con mas de alguna se va, un acostón de una hora y todo listo, según él.

El primo Ulises que es mas conocido en todos lados como el "Cachetes" parece un adorno en todo esta marejada de meseros, chicas, clientes, familia y hasta guardias de poca monta.

Transcurre con la normalidad patética de un domingo gris y sin ganas al lado del humo de los cigarros el olor nauseabundo de las cervezas, ahí ya casi se duerme el Cochito, es gravitante el sueño a las 11:39 de esta noche eterna, algo hace que despierte totalmente y con alarma...

Una trifulca en el bar, botellas quebradas, insultos en todos los idiomas y lenguas, gritos, putas alegando, guardias llegando con ruido, meseros separando y en unos cuantos segundo Babilonia se hizo presente... -HIJUEDELAGRANPUTA... !pum,pum,pum...! de donde salen los balazos que hacen que se vuelva un cementerio de 30 segundos y los gritos alarmados de las chicas y chicos.

Como controlar aquel desorden que se ha producido, un herido... Persisten los gritos y algo que no deja de alterar la paz que ya no queda en ese reducido espacio, sin salidas de emergencia, sin nada que ofrecer en cuanto a seguridad, empeñones, jalones, insultos, que mas se puede pedir en este momento de tensión que se vive.

Y si llega la policía alertados por los vecinos que le llevan ganas al antro, lo de siempre darles un buen fajo de dinero, que se lleven al de los disparos aquí no paso nada. Pero esta vez el que llega a mando de una de las patrullas es un nuevo oficial venido desde la capital que no acepta soborno ni nada...

El sistema de cuando llega la policía en lugar de abrirles, tocan tres veces el timbre y alertados todos en el lugar, a esconder menores de edad, chicas e indocumentadas, la escena lista esperando.

Cuando entra el oficial pregunta qué paso, el dueño cree que es de rutina y le manda con el mesero el fajo, este los tira y le grita ¡quiero hablar con el dueño! y cuanto se da cuenta que no es el mismo oficial entonces va a tratar de dialogar, mientras el segundo al mando nuevo también le dice a los policías que revisen el lugar de pies a cabeza.

Entra en pánico el dueño y su familia pues ve que están decididos a encontrar algo malo, de nada sirve ofrecerle diez mil en lugar de los mil que le dio antes, y le indica que deje de ofrecer dinero o va a ir al "bote" por soborno!.

III /El lunes ni las prostitutas trabajan.../

Todos los que estaban adentro del bar se van a la comisaria detenidos a menos que demostraran que eran clientes mayores de edad, los demás hombres menores a esperar a que sus padres llegaran o alguien encargado, las mujeres del Antrópolis tienen que hacer un mínimo papeleo si tienen los papeles en regla de ser extranjeras o cédula que las acredite como de más de 18 años, los trabajadores que es fácil identificarlos también podrán salir libres si llenan unos cuantos requisitos, los que sean dueños cosa no tan dichosa de averiguar tendrán que enfrentar cargos.

Quién podrá ayudar a "Cochito" al parecer no hay quién lo saque y si es la primera vez que va al "bote", es raro para él, como una pesadilla de mal gusto y no sabe qué hacer.

Tiene ya unos abogados tranzas que le van a sacar, pero no sabe él que esos abogados nada podrán hacer ante la implacable justicia que esta vez viene acompañada de la opinión pública, la prensa local con cobertura mayor, el grupo de vecinos organizados y lo más importante un par de enemigos que lo quieren ver hundido en la cárcel, son esos enemigos oscuros que hoy le salen a la luz.


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