No sé por qué putas todos esperan que escribas sobre la guerra, si esa de los treinta y seis años, hasta el numero parece apocalíptico, de alguna manera los adultos esperan que vomitemos toda su basura. Sólo de pensar en esa mierda de conflicto llego a la conclusión simple, ya no queremos desangrar un pasado tan chingado, no queremos saber de sus estúpidos héroes de porquería. Hoy en día es tan fácil falsificar nuestra identidad, nos ponen marimba de fondo y unos inditos mal comidos... mientras un hijo de la puta anda suelto en México riéndose a carcajadas de los mediocres guatemaltecos, sí nosotros, los que nos conformamos con comer estiércol los tres tiempos. Mejor ni te cuento como estuvo la semana en el país con eso de que eliminaron a los “cremas” del torneo de campeones de Centro América; como si eso fuera lo más importante, todos están de capa caída. Siempre terminaba de escribir sus e-mails con la firma de Diego José Borges, “el aristocrático”. Era uno de esos escritores nuevos que surgía fuera de la ciudad de Guatemala, harto del estigma de la guerra y de la marginalidad de sus contemporáneos se dio a la tarea de escribir sin andarse por las ramas, la publicación de su libro “El fútbol apesta y otras babosadas...” le valió el reconocimiento de la gente, el odio de los que tienen al balompié como un dios, y él rechazó de las élites aristocráticas del país. De ahí que firmara con ese sobrenombre. Yo como periodista principiante en este arte tratare en la medida de lo posible dar con este mito viviente a tan solo diez días de conmemorarse los tres años de su trágica muerte que esta por demás comentarla. Y volviendo a repetir que buscare la manera de hacer esta biografía de “El aristocrático”, lo más placentera posible.
INTRODUCCIÓN DE LA NARRATIVA "EL ARISTOCRÁTICO".
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