Cuando yo tenía 10 años (hace mucho) ya traía heredado el gusto por Argentina como país, cultura y fútbol. Fue en el mundial de fútbol de México 86 que termine de confirmar mi amor por Argentina, con la selección dando cátedra de buen fútbol (cosa rara que yo hable de eso) y a la cabeza el tan polémico Maradona que a todos por igual nos enamoró futbolisticamente hablando, nada tiene que ver el hecho que Argentina fuera la selección campeona lo mio ya venía desde siempre, pues a mi padre le gusta tanto la Argentina y sí a eso le agrego que tuve la suerte de conocerla en vivo y a todo color.
Por esos años ya leía yo la colección de revista Billiken que era dirigida para pibes, chicos inquietos como yo, ahí me entere con toda la emoción de la hazaña de la albiceleste en el mundial de Argentina 78 saliendo campeona por primera vez en su historia.
En ese mundial de México me puse la camisola de Argentina que no me he quitado nunca, aún recuerdo que la tarde del sábado cuando Francia elimino a Brasil cuando lo festeje, como lo hice cuatro años después cuando mi amada Argentina en octavos hace la hombrada de borrar del mapa a los brasileños con el tan recordado 1-0, lo que años después hizo que la FIFA se interesara porque estos dos colosos del mundo se encontraran sólo en una final, porque cómo era posible que a los brasileños los dejaran a fuera tan pronto los argentinos y eso no se podía repetir.
Claro yo soy guatemalteco, pero la realidad de nuestro fútbol ha sido superada y es en la selección argentina que siempre encontré (de alguna manera) mi representación en mundiales. Algún día estará Guatemala en un mundial entonces tendré a mis dos amores.
Lo mió no pasa por moda ni por irle a un equipo ganador o de garra, es algo que va más allá de lo futbolista, es su comida (esas empanadas de queso) su mate (ese té que me pone la cabeza a mil) el tango (amo el tango) su rock (es lo mejor que hay) la trova argentina (mucho mejor que la cubana para mi) las novelas (que luego compran los mexicanos) su programas de televisión (muy interesantes) sus mujeres (con todo respeto de las guatemaltecas, que diosas que son) y el haber leído Martín Fierro... Bueno hay mucho por poner como Jorge Luis Borges... Pero ya no me da la cabeza.
Que son presumidos, que se creen la gran cosa, que son más europeos que otra cosa... Y bueno son la mezcla de Europa y gente del Sur que ami nunca me ha ofendido... Es más yo aprendí a hablar como un argentino y toda su jerga bonaerense.
Pensamiento loco: que te pensas vos loco, miraté che no estas en onda, carajo ni que la jodes en el boliche y luego la embarras con las minas...
P.D. no llores por mi argentina... yo juro que volveré y cuando baje del avión voy a besar su suelo sagrado.
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