el poema del día

Todo por un litro.

Llegaron a la tienda de la diagonal
ella pregunto si vendían litros de cerveza
el dueño del lugar le dijo que no,
él como todo el vecindario son evangélicos
profesantes por lo que no venden licor,
luego pasaron por la mini despensa de la flor
que igualmente que la diagonal
por su fe no vende alcohol,
fueron a buscar a la "China"
pero no la encontraron
él esta sudando y nervioso
pues quiere y necesita una cerveza,
ella le dice a su amiga
-vamos a la otra tienda,
van los tres caminando
la amiga también se nota ansiosa
por tomar unos tragos amargos,
"La Topacio" tampoco vende
ya que la dueña no le gusta
lo que genera el licor y los vicios,
los rostros se ven desvanecidos
aún queda mucha cuadra
para ver otras
aún las más pequeñas,
ahí esta un tiendita
la 12 pero no
aquí no,
casi se llega a taquicardia
como tranquilizarse un poco
y no maldecir el barrio de evangélicos,
una cuadra mas abajo
en calles mal iluminadas
a esas horas de la noche
en una esquina
la que tiene pintado
el 45, muy poco gente
por el lugar,
ahí donde se encuentra
un muchacho de aspecto
fantasmal o será pandillero
lo que sea no inspira confianza,
les dice con pausa
-aquí no venden licor,
ellos se decepcionan
cuando ya se van
les vuelve a decir con pausa
pero dos cuadras arriba
por la izquierda
venden
en la tienda
de la Damiela,
el rostro se les alegro,
volvieron a la vida
y empezaron a subir
por la izquierda
en una calle
nada iluminada
empinada
y fea
más que aquel muchacho,
las dos chicas se van juntando
y le dicen a él
-no nos gusta,
-nos da miedo,
-aquí me da mala espina,
él les recrimina,
alega, grita,
-yo estoy seguro
que las "chelas"
están allá con aquella doña,
pensando en la cerveza
se tratan de quitar el miedo
ahora los tres,
una cuadra y llegamos...
Aparecen 5 de la nada,
se abalanzan sobre él
le pegan,
le dan unos golpazos
le roban todo lo que tiene
lo dejan medio muerto,
a ellas se las llevan 6
a la fuerza las meten
por la derecha
en un callejón
que luego a la izquierda
tiene una entrada
mal hecha por la malla
de un terreno baldío
con una casa vieja
abandonada,
a ellas que son
de belleza promedio
las meten
en aquella casucha
y empiezan a violarlas
al rato llegan los otros cinco,
seis mas cinco, once;
cada una es violada
por once
hambrientos
chicos
que les dejan
sus genitales
sangrantes,
chorreantes,
sementados,
y mientras
la tortura
continua
piensan
¿por qué putas le hicimos caso al Ismael?
-y todo por un litro de mierda...
Todo por un litro.