... Los dos perplejos ...
La mano que se posa en mi hombro temblorosa,
la voz que no logra despegar y que con temor me habla,
esa sombra que se proyecta en la pared
es una mujer delgada, menuda, frágil,
hoy quisiera huir de este cuarto ella
pero no lo hace pues se quiere probar así misma
que de alguna parte de su ser hay coraje, valor, fuerza, una llama encendida,
yo mientras tanto sigo sentado en el mismo sillón
respirando con dificultad porque no me repongo
de la impresión de que me tocó el hombro.
La mano que se posa en mi hombro temblorosa,
la voz que no logra despegar y que con temor me habla,
esa sombra que se proyecta en la pared
es una mujer delgada, menuda, frágil,
hoy quisiera huir de este cuarto ella
pero no lo hace pues se quiere probar así misma
que de alguna parte de su ser hay coraje, valor, fuerza, una llama encendida,
yo mientras tanto sigo sentado en el mismo sillón
respirando con dificultad porque no me repongo
de la impresión de que me tocó el hombro.
0 comments:
Post a Comment